Inaugurado el 9 de
Octubre de 1999,
por el entonces Presidente de la Nación Argentina; este monumento está ubicado en Quequén a pocos metros de la escollera sobre una de las principales avenidas.
La obra alude a los
soldados caidos
en acción durante el conflicto de las Islas Malvinas.
Con una altura de
35,70 mt. y 470
toneladas de hormigón armado, es el monumento más alto realizado
en
Argentina en los últimos 40 años.
Posee además una
fuente perimetral
que recibe y recicla el agua, que en cascada cae desde los
receptáculos
superiores.
Esto simboliza las
lágrimas
derramadas por madres y padres; que ademas ven en el soldado
yacente que
sostiene la Patria, al hijo que perdieron.